Flores silvestres y rosas (en tonos suaves) son esenciales de las decoraciones florales.
Para el entorno, cualquier tipo de objeto antiguo, como maletas, bicicletas de otra época, candelabros, marcos, libros, cajas, pajareras, botellas de vidrio antiguas, regaderas… Y si tienes la posibilidad de decorar espacios con algún mueble, (sofás, escritorio o armario antiguo) el toque está más que asegurado.
La cartelería seguirá la misma línea de antigüedades, con pizarras, marcos, y para las invitaciones o menús se puede usar una caligrafía como de pluma e incluso sellos de cera.
En las mesas no hay límites, destacando la importancia de la vajilla y es que las vajillas vintage son tendencia en general en el mundo de la decoración. Piezas de porcelana, en tonos azules, violeta y dorados son claves en una boda vintage.